martes, 4 de septiembre de 2018

TODAVÍA EN LA FOSA



                               Ahora que el Gobierno de España está liado con la exhumación de Franco y que estamos viviendo una exaltación intensa y demagógica del franquismo ideológico, mucha gente, y la derecha política, están presionando por múltiples vías para que todo quede como el franquismo lo dejó: con un orden establecido e impuesto; con las cunetas y los cementerios llenos de fosas; con los silencios de la dictadura y con las víctimas olvidadas por la Historia.

                           Tú aún estás en una fosa común en el cementerio de Hinojos, sin ruido y sin tomar conciencia: la política y la ciudadanía, de la importancia de la dignificación y exhumación de las fosas para tus familiares, después de más de 82 años.  

                     Aunque avanzamos algo, tenemos la decisión de la Consejería que lleva los temas de Memoria Histórica y el propio Ayuntamiento de Hinojos, de poner en marcha un proyecto para la delimitación y cata de tú fosa. Espero que no haya mucha resistencia, dudas, inconveniencias o problemas para poder exumaros y enterraros en el cementerio de Almonte en un monolito que ya el ayuntamiento tiene preparado desde hace años. 

                       Sabes que para tus hijas, María y Luz, era algo vital y necesario: -que los huesos de tu abuelo reposen en el cementerio de Almonte, junto a los suyos, me recordaban continuamnete.  Ellas que no te visitaron en la fosa común hasta que no pasaron más de 70 años de tu fusilamiento, por desconocimiento de dónde estabas,  por miedo, dolor y desconsuelo. Buscar tu fosa, era como abrir en canal el recuerdo de tu muerte, era revivir un dolor intenso e insoportable que no obtenían sosiego, por más que le aconsejaban que: -eso ya pasó, tenéis que aprender a vivir con esa pena, le decía Ana, su prima, que desde el primer momento apoyó al nuevo régimen.

                      Debes estar tranquilo: hasta su muerte permaneciste en sus corazones y sus pensamientos. Toda la vida, tus hijas, estuvieron suspirando por tu muerte. Es algo que la familia, o mejor, parte de la familia, lo ha vivido como una tremenda tragedia colectiva. Además, vamos a buscar y a exhumar tu fosa, ya llevo en esa tarea más de 15 años.

                Hay gente que tú conociste bien, que piensan que dejemos la Historia y que dejemos de mover y remover a los muertos y a los huesos del abuelo. Esos, como sabes, tienen a sus muertos en cementerios y con flores frescas en las tumbas. Son ¨las derechas¨. Así los calificaba abuela María. A mi me parecía un poco exagerada, cuando la oía de niño, pero hoy pienso que estaba muy acertada. Tu la conocías: era una mujer de ¨arma tomá¨.  

                      Mariquita, la Chichara, murió con la pena de no saber nada de ti, de no conocer ni siquiera donde estabas enterrado, aunque conocía que tus restos fueron enterrados en una fosa común en Hinojos, con otras víctimas. El franquismo fue tan demoledor, que no pudo buscar, aunque sí contar tu muerte y transmitirla.

          En este blog tuyo, quiero dedicarte estos poemas de Gaherte, para que sepas que tu memoria está presente en nuestra familia, que no te hemos olvidado y que permanecerás con nosotros para siempre.


MIEDO

Cuando vinieron
No tuve miedo por mí
No escuché a los que susurraron
                                      ¡Escapa!
No atendí el temor de los lloros
                                      ¡Padre!
No miré a la que imploró sin esperanza
                                      ¡Escóndete!
Pero lo confieso: 
Sí tuve miedo a la vida con miedo



¡QUE ILUSO!

Creía que podría amedrentarme,
                              Con su miedo
Pero fue él quien se asustó
                                       ¡Yo no temo!
Creía que podría silenciarme
                                       Con sus gritos
Pero fue él quien enmudeció
                                       ¡Yo hablo!

Creía que podría  encarcelarme
                                      Con sus barrotes
Pero fue él quien estuvo preso
                                      ¡Yo soy libre!

Creía que podría matarme
                                     Con su escopeta
Pero fue él quien murió
                                     ¡Yo estoy vivo!

Creía que podría sepultarme
                                   Con la zanja
Pero fue él quien se enterró

¡Yo aquí estoy!
Soy Isidro 
Fernandez por mi padre 
Cordero por mi madre
Y Vargas por mi mujer
                                                                 (Gaherte, 2003)








¿Buscando los huesos de mi abuelo, después de 87 años en una fosa común?

  Mi abuelo Isidro nació en Sena de Luna (León) y fue asesinado en Hinojos (tapias del cementerio) el 4 de septiembre del 1936 en aplicación...