A una flor arrancada de la tumba de mi padre.
Encendida en verdores refulgentes
Concretos de distancia comprimida,
Una rosa glosaba de su herida
La sangre asesinada tristemente.
Escrutando mis ojos lentamente
La maraña en colores encendida,
Descubrí su sonrisa deprimida,
Robando el simbolismo a lo yacente.
Aspiré su perfume suavemente,
Penetrando en mí ser las tentaciones,
Tornadas en corajes impacientes;
Y detrás del silencio, paredones
Que las noches de crimen contemplaban,
Prestáronme su nieve y sus visiones.
Alfonso Morón Bellerín. 20 de enero de1953.
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Gracias por entrar en este blog de Recuperación de la Memoria. Entre todos avanzaremos en la democracia. Tenemos que abrir las fosas comunes y recuperar sus nombres.