Aunque esta entrevista es de Jesús Chacón realizada cuando cumplía 10 años de la Presidencia de AMHYJA, me ha parecido interesante publicarla y darle mayor difusión.
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Merinales: trabajo pendiente. |
RAFAEL LÓPEZ: “LOS AÑOS PREVIOS A LA EXPLOSIÓN DE LA MEMORIA BUSCÁBAMOS INFORMACIÓN DE FORMA CASI CLANDESTINA”
Como dice la cabecera de su propio blog, Rafael López Fernández es “El Nieto de Isidro”. La desaparición del abuelo Isidro Fernández Cordero ha marcado la vida de su familia desde aquel negro septiembre de 1936 en que fue fusilado en Hinojos. Lo mataron los asesinos que, en nombre de lo que llamaron el “Glorioso Movimiento Salvador” de España, campeaban a sus anchas por los pueblos que iban siendo ocupados por Franco. Creció con los recuerdos silenciados que le transmitió la familia sobre el abuelo, unos recuerdos que lleva “grabados a fuego con una lealtad orgullosa de nieto del fusilado”, como escribió el periodista Antonio Ramos Espejo sobre Carlos Cano (Carlos Cano, una vida de coplas), a quien los fascistas de Granada también le mataron al abuelo. Rafael López Fernández maduró con esta ausencia y se hizo médico, y no sólo ha mantenido la memoria familiar de su abuelo, también la ha encendido. Para que todo el mundo sepa qué ocurrió con Isidro y con todas las víctimas de la barbarie del franquismo. “El nieto de Isidro” es hoy, desde hace 10 años, presidente de la Asociación Memoria Histórica y Justicia-Andalucía (AMHyJA), una entidad pionera en el ámbito memorialista andaluz y una de las más activas en nuestro país.
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Isidro Fernández Cordero, con su esposa e hijos, en la única foto suya que conserva la familia. Fue fusilado poco después. Fuente: Rafael López Fernández |
Está en la memoria histórica desde antes de que existiera la memoria histórica…
Sí, estoy en esto de la memoria desde antes del año 2000. De hecho, siendo concejal del Ayuntamiento de Almonte ya aprobamos una moción de recuerdo de las 110 víctimas del municipio. Se hizo un monolito en el cementerio con el nombre de los asesinados (fusilados), que aún está vacío. El objetivo de las víctimas era llevar los restos de los fusilados de Almonte que están en Bonares, La Palma, Hinojos, Bollullos, etc. Hicimos varios homenajes a las víctimas en los que el ayuntamiento regaló un ejemplar de La Guerra Civil en Huelva de Francisco Espinosa a las familias, y también varias jornadas locales de memoria. En una de ellas estuvo Alfonso Guerra. Fue un acto muy emotivo, de los primeros que hicimos en el cementerio.
En estos años previos a la gran explosión de la memoria buscábamos información de forma casi clandestina. Intentábamos que nos contaran y que nos dieran información, documentos, algo que nos pudiera vincular a su historia y darle sentido a la nuestra.
Desde pequeño estuve preguntando por abuelo Isidro. No había ni siquiera una foto en la choza de la calle Sanlúcar. La familia sólo tiene una foto de él, una foto familiar en la que aparece con mi abuela y sus cinco hijos. Fue hecha poco antes de su fusilamiento. Es la única foto que tenemos de él. Mis abuelos vivían en El Rocío, en el número 20 de la calle Sanlúcar [la calle más antigua de la aldea], en una choza de adobe y brozas de donde salió para ser fusilado.
¿Qué ocurrió con su abuelo Isidro?
Mi abuelo había nacido en un pueblo de León, sabía escribir y era un hombre de izquierda. Siempre habíamos pensado que era de Siena o de Pola de Siena, pero cuando he investigado en los registros civiles de estas localidades no aparece su nacimiento. Ésa era la información que me dio mi madre y también mi tía María. Organizaba el Partido Socialista en la aldea (aunque mi familia lo máximo que puede poner en pie, es que “era de las Izquierdas”, como me decía mi madre) y organizó varias manifestaciones de apoyo a la República en las que él salió con la bandera republicana. Imaginaos El Rocío en el 36. Recuerdo que mi madre y mi tía María me contaban que ellas iban en la cabecera de una manifestación con unas “batitas rojas” y la bandera republicana de apoyo a la República.
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Rafael López Fernández, presidente de la AMHyJA.Foto:THG |
Mi abuelo era presidente del Centro Republicano en El Rocío. La sede era una choza de mis abuelos en El Acebuchal. Esta choza se la quitaron después de su asesinato. Cuando pedí al Ministerio de Justicia su reconocimiento como desaparecido, incluí las propiedades que le quitaron. Me llamaron para decirme que ese aspecto de la denuncia no era posible contemplarlo. Solo fue una llamada de teléfono. Aunque sí tengo su reconocimiento como represaliado y desaparecido, firmado por un ministro socialista.
Fue denunciado a los falangistas de Almonte por el Guarda Mayor del coto de Doñana para que se lo llevaran. Mi abuelo cazaba en el Coto para dar de comer a su familia. Esto no lo soportaba el Guarda Mayor, porque nunca pudo “pillarlo”. En aquellos tiempos, la caza furtiva, recogida de huevos de gallaretas y otros productos propios de la zona era típico. Su caza o recogida para alimentar a la familia era esencial.
Mi abuelo fue fusilado el 4 de septiembre de 1936 después de pasar dos veces por interrogatorios de la Guardia Civil y los falangistas, que para él se quedaron, en el Ayuntamiento de Almonte. Previamente estuvo en la cárcel del municipio, que estaba en la calle Martín Villa esquina con la calle Alcantarilla, hoy la Casa del Agricultor. No hay mayor paradoja. De ahí hicieron varias sacas para el asesinato de muchos de los más de 100 almonteños y una almonteña fusilados. Unos iban en un camión de madrugada destino a Hinojos y otros a Bonares o Bollullos.
Mi abuelo tenia 41 años, trabajaba en el campo y tenía una piara de borregas, algunas vacas, varios caballos y un mulo. Se lo quitaron todo y fue subastado por los asesinos en Almonte. También le quitaron la choza de El Acebuchal.
La defensa del modelo democrático, la libertad, la democracia y la República le costó su vida. En aplicación del famoso Bando de Guerra fue encarcelado y paseado con otros compañeros a Hinojos, y en la tapia del cementerio fue asesinado. Allí sigue en una fosa común. A su familia, a su mujer, mi abuela, nada le contaron, nada le comunicaron. Cuando iba la mañana del 4 de septiembre por la calle Alcantarilla para la cárcel, su primo Salvador le dijo: “–María, no sigas, a Isidro lo sacaron anoche. Se lo llevaron a Hinojos y allí lo fusilaron”. Mi abuela cayó al suelo y esto fue causa de la perdida de su sexto hijo. Sigue en la fosa común.
¿En qué situación quedó la familia?
Muy mal. Quedó mi abuela, cuatro hijas (María, Luzdivina, Ángela y Salvadora) y un hijo (Isidro). En una choza, sin sustento ni apoyo económico ninguno. A partir de ese momento mi abuela tuvo que buscarse la vida: gallinas, hacía pan para la calle, algunos guarros que le regalaron su familia de Almonte y poco más. Quedaron al amparo de los vecinos y la familia.
La hija mayor tenía 11 años y el menor un año. Las dos hijas mayores tuvieron que irse a servir a las casas de los beneficiados por el Golpe. Mi madre se fue a servir Sevilla y mi tía con otros señores de la zona. La vida empezó de golpe a endurecer los días. Días de hambre, horror, lágrimas y muerte. Pasados unos años, a los tres menores los declararon huérfanos y le pagaban 2,5 pesetas al mes, cuando se lo pagaban. No reconocieron a las dos hijas mayores como huérfanas a pesar que tenían 11 y 9 años.
¿Había miedo a hablar?
Durante el franquismo ni mi abuela ni mi madre nos contaron nada. Aunque el dolor, las lágrimas y los suspiros eran frecuentes. Nunca nos dijeron nada. Mi abuela murió y se llevó a la tumba sus sentimientos y sus sufrimientos. No era una mujer feliz a pesar de cantar y bailar muy bien, a veces durante la romería.
Habían pasado pocos años del asesinato de mi abuelo, mi abuela construyó un horno de leña en el corral de la choza en la calle Sanlúcar y se dedicó a amasar pan “para la calle”. Con esto se buscaba la vida hasta que un grupo de fascistas capitaneados por una prima suya entraron por la marisma y le destrozaron el horno. Otra vez sometida a la ayuda de familiares y amigos. En esos tiempos, escasos.
Cuándo usted se afilia al partido socialista… ¿le aconsejan, por miedo, que no lo haga?
Milito desde hace tiempo en el partido socialista, que reflejaba el “lugar” por el que mi abuelo perdió la vida. El organizaba el partido en El Rocío. Yo también fui Secretario General de la Agrupación local del PSOE de El Rocío. Fue algo ideológico y sentimental. Era como un homenaje a mi abuelo y a su lucha.
Mi madre, mis tías, me decían: “–Niño tú no te metas en política, que te va a pasar como a tu abuelo Isidro. Era la primera información que empecé a tener de él. Yo estaba en la Universidad y militaba en partidos de izquierda. Fueron años apasionantes de lucha contra el franquismo y la dictadura. En Sevilla se abrían otras vidas y otros compromisos.
En su familia, esta historia es una herida sin cerrar…
En mi familia la muerte por fusilamiento de mi abuelo fue una tragedia personal y familiar. Fue tan tremenda esta muerte que nunca se ha olvidado, ha permanecido en la memoria de mi familia. Tanto que después del tiempo transcurrido aún no se ha podido realizar el duelo por la muerte de mi abuelo. Mi madre me decía: “Cuando encuentres los huesesitos de tu abuelo, tráetelo al cementerio de Almonte. Necesito un lugar donde poder llevarle unas flores y estar cerca de él”.
Mi madre en la actualidad tiene 86 años, con un Alzheimer muy avanzado y fuera de la realidad. Ya no tiene conciencia de su memoria ni de la realidad que le envuelve. No puede sentir ni vivir el recuerdo ni de ella misma.
Usted lo tuvo claro…
En realidad me fui clarificando con el tiempo, cuando empecé a preguntar y ver que no había respuestas convincentes. Cuando interioricé la tragedia de mi familia, que la había vivido y sentido de forma casi oculta, no lo tuve claro hasta que no tomé conciencia de la parte tan importante que habían destrozado de nuestra vida. Una herida abierta y sangrante de mi familia, que después del tiempo transcurrido no acabada de curar. Mi lucha empezó ya de mayor.
La película Rocío (1978), de Fernando Ruiz Vergara, contiene acusaciones muy duras contra la derecha de Almonte…
Casualmente hace unos días asistí a la presentación de El Caso Rocío, un documental que cuenta todos los avatares de la película Rocío. La Asociación Memoria Histórica y Justicia (AMHyJ) de Andalucía, en las jornadas anuales celebradas en Huelva en 2004, la iniciamos con la película y con una conferencia de su director, Fernando Ruiz Vergara, a quien homenajeamos. El anuncio de la proyección de la película generó un gran debate público y mediático. La familia Reales, de Almonte, mandó un fax a la sede central de El Monte [hoy Cajasol-La Caixa], lugar donde celebrábamos las jornadas, impidiendo que se pusiera la película completa. Al final pusimos la película censurada.
Se pretendía que fuera un homenaje a las víctimas de Almonte. Había pasado mucho tiempo ya, pero la prensa de derecha estuvo muy activa en esos días. Fue masiva la asistencia y estuvo magnífica la conferencia de Ruiz Vergara. Como conclusiones de aquellas jornadas recogimos la revisión de la sentencia. Se lo comunicamos a la entonces consejera de Justicia y Administración Pública [María José López González], comprometiéndose ésta a estudiar y revisar el tema. No se ha revisado.
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Dignificación en Cazalla: 109 fusilados. |
Te cuento esto porque, después de tantos años, todavía la película sigue censurada, convirtiéndose en una de las pocas películas censuradas durante la Transición. Aún hoy es emocionante verla y comprobar la tragedia de un pueblo como el de Almonte, donde fueron fusilados más de 100 personas. Muchas de ellas siguen hoy desaparecidas en fosas comunes.
Pienso que tiene un gran valor antropológico y que lo que más afectó a determinados sectores de la derecha de Almonte fue la conexión que establece la película entre los fusilamientos del 36, el ejercicio del poder y la romería de El Rocío.
Detrás de este suceso subyace un problema agrario y de distribución de los montes de propios y las tierras del municipio. Este suceso fue consecuencia de la retirada de los azulejos de las imágenes de la Virgen del Rocío y del Sagrado Corazón de Jesús en el salón de plenos del ayuntamiento de Almonte. La decisión del Pleno de quitar los azulejos obedeció a una orden gubernamental, que respondía a la nueva Constitución Republicana, donde se contemplaba la laicidad del Estado en su artículo 27.
La decisión de la retirada del cuadro de cerámica de la virgen se remonta a octubre de 1931, aunque la retirada de los azulejos no se produce hasta el 28 de febrero del 32. Esto produjo un gran alboroto en el pueblo y casi de forma inmediata se orquestaron los movimientos de los almonteños y almonteñas en contra de la medida, para lo que se congregaron en la plaza, perfectamente dirigidos por las “derechas” del municipio.
Después del calentamiento en la plaza, los vecinos recorrieron las calles en dirección a las casas de los concejales que formaban la corporación municipal de las que sustrajeron sus insignias y los retratos de la Virgen, colocándolos en las rejas de entrada al Ayuntamiento. También acudieron a la casa del alcalde, Don Francisco Villarán, para protestarle por la decisión tomada. Además, el párroco de la localidad, Francisco del Valle, fue conducido a hombros por el pueblo hasta el ayuntamiento para dirigirse a los asistentes, a los que invitó a asistir al Santo Rosario aquella noche en desagravio de los hechos.
El concejal Francisco Acevedo Salguero y el guardia municipal José Larios Ramírez fueron agredidos por parte de los exaltados. Según se recoge en la sanción del Gobernador Civil, fue por la forma inadecuada y despectiva en la que el concejal entregó su cuadro a los manifestantes. Al final, el municipal y el concejal fueron agredidos por los manifestantes.
Otro hecho insólito fue la decisión de traer desde El Rocío a la Virgen el día 3 de marzo de 1932, con una lluvia torrencial, considerando este traslado como un acto de desagravio. Se abrieron las bodegas de algunos de los señores del pueblo para repartir vino a las gentes, según la costumbre. A primeros de marzo, el gobernador civil de Huelva obligó a poner los cuadros retirados. La Virgen permaneció en Almonte hasta el 5 de mayo, regresando a la aldea de El Rocío para la celebración de la romería anual, el Rocío Grande.
Estos sucesos llegaron a tener una repercusión importante en la prensa católica de la época, desde la que jaleaban todo tipo de acciones: El diario ultraderechista La Unión, ABC y El Correo de Andalucía. Aunque realmente el germen de estos episodios fue económico y político, y no religioso. Lo que sucedió fue la manipulación del sentimiento de la gente noble de Almonte por parte de los sectores más reaccionarios del municipio.
Si se habla claro de algunas cosas y de algunos nombres que se sugieren en el documental “Rocío” ¿se pueden tener problemas hoy día en Almonte?
Hoy día las cosas han cambiado, aunque es cierto que determinadas familias aún tienen el control de estructuras de poder escasamente democratizadas. En este tema de las víctimas del franquismo hay todavía mucho miedo y cierto tabú. La derecha del país tiene un discurso guerracivilista. No hay nada más que ver algunos programas de televisión en los que demandan su verdad y sus víctimas y critican el trabajo de las víctimas del franquismo. Es una realidad que cada día vivimos los responsables de la memoria. En sucesivas órdenes franquistas desde 1939, recién acabada la guerra, la derecha empieza a dignificar a los suyos, con exhumaciones, inhumaciones, adjudicaciones de estancos y puestos de trabajo a los suyos.
Diez años en la presidencia de la AMHyJA
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Reunión con el Ayto de Cazalla y AMHYJA |
¿Qué balance hace de esta etapa?
Llevo diez años de presidente de la AMHyJA y para mí es un gran honor y un reto permanente dirigir una asociación tan activa. Cuando nos constituimos no pensábamos que íbamos a conseguir los objetivos que hoy hemos alcanzado. El balance es muy positivo, aunque tenemos muchos retos y mucho trabajo por hacer. El apoyo del Estado ha sido nulo y la derecha de este país ha puesto muchas trabas y zancadillas a la memoria. “Nosotros abríamos heridas”, aunque los suyos estaban bien enterrados y bien dignificados. El apoyo de los diferentes gobiernos ha sido variable, desde la cerrazón de la derecha hasta la acción de una izquierda poco convencida.
¿Qué ha supuesto la llegada del PP a La Moncloa en el terreno de la memoria histórica?
La paralización de la memoria: han dejado de dar subvenciones, con la excusa de la crisis, aunque al Valle de los Caídos y a la iglesia de la Macarena sí le han dado dinero. Han suprimido la Oficina de Apoyo a las Víctimas; se han opuesto a todas las medidas de recuperación de la memoria; han mentido a la ONU y a la juez argentina que juzga a los crímenes del franquismo. Han buscado la apariencia, pero se les ve el plumero.
¿La Junta de Andalucía mantiene sus apoyos?
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Rafael López Cazalla de la Sierra. Diciembre de 2013. |
Bueno, la Junta a través del Comisario de la Memoria en su día y a través de la Dirección General de Memoria Democrática es cierto que ha tomado medidas importantes. Hay que recordar que el Decreto 334/2003 de 2 de diciembre fue pionero en este tema, marcó la política de memoria de la Junta de Andalucía y sirvió de base para otras comunidades.
A mí me hubiera gustado una implicación más activa, no solo de la Junta, sino del PSOE e IU. La memoria no es de los familiares, las víctimas que están en las fosas y en las cunetas no son solo nuestras. En el informe del 15 de noviembre de 2013, el Grupo de Desapariciones Forzadas de la ONU nos ha dado la razón: es el Estado el que tiene que hacer el trabajo de recuperación de la memoria, y, además, debe exhumar las fosas, dignificar los enterramientos, enjuiciar a los culpables, etc. La ONU considera dos cosas muy importantes para nosotros: la imprescriptibilidad de los delitos y que no se puede argumentar con la Ley de Amnistía de 1977 como parapeto y excusa para no juzgar a los culpables.
También coordina el grupo de trabajo de memoria histórica del PSOE de Huelva y la asociación onubense para la recuperación de la memoria histórica. Balance y próximos objetivos….
Fue una agradable sorpresa que me propusieran para este trabajo. Es cierto que el grupo lleva poco tiempo trabajando pero creo que hemos impregnado al PSOE actual de memoria. Somos un grupo activo y convencido que queremos que las políticas de memoria formen parte del día a día del gobierno andaluz.
Es positivo el trabajo que llevamos. Nos hemos reunido varias veces y tenemos por delante bastantes cosas: 5 jornadas comarcales, una página web de la memoria de Huelva y colaborar con la AMHyJA en la exhumación de Encinasola y otras que se puedan plantear.
Para este impulso hemos tenido la colaboración de la Diputación Provincial, con la que hemos firmado un convenio de colaboración importante. Además, todas las asociaciones memorialistas de Huelva han recibido este año la Medalla de Oro de la Provincia, todo un lujo. Es un signo de apoyo al trabajo que venimos haciendo los familiares y las asociaciones.
Como colofón añado: Mi abuelo Isidro y tantas personas siguen en fosas comunes, y muchos ayuntamientos de diferentes signos no han actuado, no han querido saber nada de la recuperación de las víctimas, aunque hoy tenemos la satisfacción del informe de la ONU que nos da la razón, y de las acciones de los jueces argentinos, que están enmendando la plana al gobierno de España y al Tribunal Supremo.