Este poema lo he encontrado hoy ordenando documentos en mi ordenador. Dedicado a mi abuelo Isidro, firmado por Gaherte
¡QUE ILUSO!
Creía que podía amedrentarme
Con su miedo
Pero fue él quien se asustó
Yo no temo
creía que podía silenciarme
Con sus gritos
Pero fue él quien enmudeció
Yo hablo
creía que podía encarcelarme
Con barrotes
Pero fue él quien estuvo preso
Yo soy libre
creía que podía matarme
Con su
escopeta
Pero fue él quien murió
Yo estoy vivo
creía que podía sepultarme
Con la zanja
Pero fue él quien se enterró
Yo renazco
Aquí estoy
Soy Isidro,
Fernández por mi padre
Cordero por mi madre
Y Vargas por mi mujer
6-4-2003 A mi abuelo
Comentario literario y académico del poema. Para los amigos y familiares.
1. Introducción y marco genérico
El texto presentado es un poema en verso libre que se inscribe en la tradición de la poesía de resistencia e identidad, cercana a una voz épica intimista donde el yo lírico afirma su supervivencia frente a un antagonista simbólico. No responde a una métrica o rima tradicionales, sino que se articula mediante paralelismos, anáforas y contrastes semánticos intensos, propios de la poesía contemporánea post-vanguardista.
El poema plantea una dialéctica entre opresión y afirmación del yo, construida mediante una serie de oposiciones sistemáticas que invierten el poder del agresor. El resultado es un canto de supervivencia física, moral y genealogía identitaria.
2. Estructura y cohesión interna
La estructura del poema es altamente regular y se basa en bloques paralelos que funcionan como estrofas conceptuales:
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Miedo → Yo no temo
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Gritos → Yo hablo
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Barrotes → Yo soy libre
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Escopeta → Yo estoy vivo
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Zanja → Yo renazco
Cada estrofa mantiene la misma secuencia retórica:
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“Creía que podía…” (intento de sometimiento)
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“Con…” (instrumento de dominación)
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“Pero fue él quien…” (inversión irónica del resultado)
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“Yo…” (afirmación identitaria del sujeto)
Este patrón repetitivo crea un ritmo argumental que sustituye la métrica por la lógica del paralelismo. La repetición no solo genera cohesión, sino también un efecto ritualístico, casi litúrgico, propio de los poemas de renacimiento o catarsis.
3. Recursos estilísticos y retóricos
a) Paralelismo y anáfora
b) Antítesis
El recurso dominante es la antítesis, expresada en la inversión irónica:
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“Creía que podía amedrentarme / Con su miedo / Pero fue él quien se asustó / Yo no temo”
El agresor queda siempre atrapado por su propia arma, mientras que el yo poético adopta la postura contraria. Esta construcción recuerda a la “ironía trágica” clásica —la caída del dominador por sus propios actos—, pero reinterpretada en clave minimalista y contemporánea.
c) Metáforas corporales y espaciales
Se percibe un uso simbólico de instrumentos concretos:
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gritos, barrotes, escopeta, zanjaEstos elementos remiten a diferentes niveles de opresión: psicológica, verbal, física, mortal y finalmente funeraria. Sin embargo, su efectividad es anulada mediante un proceso constante de reversión.
El último elemento, la zanja, introduce una imagen mortuoria que desemboca en la metamorfosis final: “Yo renazco”. Esta resolución aproxima el poema a una poética de resurrección simbólica.
d) Verso libre y disposición gráfica
La presencia de amplias sangrías, espacios y saltos libera visualmente el poema, potenciando la sensación de eco y vacío. La disposición espacial actúa como recurso semiótico: los espacios aluden al silencio, al margen de libertad, a la distancia frente a la amenaza.
4. Temas centrales
a) La resistencia del yo
El núcleo semántico es la invencibilidad moral. El yo poético asume una posición de firmeza frente al intento de sometimiento. La frase final —“Aquí estoy”— funciona como declaración ontológica: existir ya es un acto de resistencia.
b) La inversión del poder
El poema realiza una operación constante de desplazamiento de la agencia: el “él” que pretende destruir termina destruido; el “yo” que debía ser sometido es quien afirma su autonomía. Esto provoca un efecto ético y político: la víctima niega su posición pasiva y se erige como sujeto pleno.
c) Genealogía e identidad
El cierre introduce un giro fundamental: la identidad del yo se sostiene en un linaje:
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“Fernández por mi padre / Cordero por mi madre / Y Vargas por mi mujer”
Esta triple filiación (patrilineal, matrilineal y conyugal) sitúa al sujeto dentro de una trama familiar, social y afectiva. La supervivencia ya no es individual: es también hereditaria y comunitaria. Esta sección dota al poema de un sustrato realista que contrasta con el tono simbólico anterior.
5. Interpretación global
El poema puede leerse como:
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una alegoría del triunfo del espíritu humano ante la violencia,
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una refutación de la lógica del miedo como mecanismo de control,
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una declaración existencial donde la identidad se forja a través de la resistencia.
La tensión entre simbología universal (miedo, muerte, renacimiento) y concreción identitaria (Isidro y sus apellidos) refuerza la universalidad del mensaje: cualquier persona es capaz de transformarse a partir de la opresión.
La última frase, que incorpora un triple apellido, funciona como acto de legitimación, casi como un testimonio o juramento. Al declararse con nombres y linajes, el yo no solo renace: se inscribe en la memoria.
6. Conclusión
El poema ofrece una construcción sólida dentro de la poesía contemporánea de afirmación identitaria. Su eficacia reside en:
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el uso consistente del paralelismo,
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la inversión irónica del poder,
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la evolución simbólica hacia la vida y el renacimiento,
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y la resolución antropológica final en torno a la genealogía.
La voz de Isidro se afirma no solo contra el agresor, sino frente a la muerte simbólica, convirtiéndose en una figura de resistencia y continuidad vital.
