Me costó dos años que el Juzgado de la Palma me hiciera llegar el expediente de Inscripción fuera de plazo de mi abuelo Isidro, que en el año 1954 solicitó mi abuela María Vargas de la Torre, Mariquita la Chichara, como era conocida en el Rocío. Con este expediente y según consta en los papeles, mi abuelo fue asesinado en Hinojos el 4 de septiembre de 1936, y está enterrado en una fosa común en el cementerio.
Hasta la fecha, después de haber escrito al alcalde de Hinojos, Manuel Naranjo, de IU y antiguo compañero de Instituto y al Defensor del Pueblo, el señor Chamizo, que tiene montada una impresionante oficina burocrática, pero con este tema de la Memoria, no se ha implicado nada. Ha abandonado a las víctimas y a sus familiares. Este "cura" sabe bien donde no meterse. La defensa que ha hecho de estos casos ha sido nula. Se han pasado la pelota de unos a otros, y han jugado con nuestros sentimientos; no hemos conseguido dignificar el enterramiento de mi abuelo, sacarlo de la fosa común y llevarlo al cementerio de su pueblo. Es un deseo de mi madre.
El viernes mandé al Ministro de Justicia, la documentación acreditativa del fusilamiento de mi abuelo, para que tenga a bien a hacerme llegar un Documento, que aunque no tenga ningún valor actualmente, podré utilizarlo en mi objetivo de Reconocimiento y Justicia, de los fusilados durante la Guerra civil y el franquismo.
Me impresiona, me duele y me indigna, que este Gobierno no asuma una política de Memoria. Es una pena asistir a la descomposición de algunos políticos. Este no fue el motivo de la lucha de tantos demócratas que perdieron su vida.
Les debemos la DEMOCRACIA. Seguiremos luchando por sus objetivos y sus ideales.
Rafael López
En la noche trágica del viernes 4 de septiembre de 1936, sacaron a mi abuelo Isidro Fernández Cordero, de 41 años y a Manuel Domínguez Valladolid "El de Bartolo", de 33 años, de la actual "casa del agricultor", que les sirvió de cárcel, para fusilarlos, en las tapias del cementerio de Hinojos. Siguen en una fosa común. El "Gato" dijo: "a Isidro lo mato yo".
domingo, 20 de febrero de 2011
RECONOCIMIENTO DE ASESINATO Y DESAPARICIÓN FORZADA
El sentido de la víctima hay que buscarlo en la impotencia y en las dificultades de desarrollo que hemos sufrido con una dictadura dura y cruel, que no ha permitido buscar salidas dignas de dignificación y recuperación de la memoria. El movimiento Memorialista ha sido capaz de dar la vuelta a los silencios, pactados o no, pero el Olvido de la transición nos hizo mucho daño. Posiblemente en un principio teníamos cosas muy urgentes que hacer, pero después de 35 años de democracia, no podemos tener el país en general, y Andalucía en particular, lleno de fosas comunes, llena de cementerios clandestinos y tirados por toda Andalucía.
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Gracias por entrar en este blog de Recuperación de la Memoria. Entre todos avanzaremos en la democracia. Tenemos que abrir las fosas comunes y recuperar sus nombres.